Rememoramos aquellos años y hasta nosotros llegan los ecos de las canciones populares en los cabarets de Montmartre, las imágenes disolutas de Toulouse-Lautrec, la ambición del arte total en Múnich y Viena. Fueron escenario de reivindicaciones sociales como el feminismo y de una sensibilidad que aspiraba, entre otras cosas, a la emancipación erótica y al libre derecho a imaginar el futuro. Los textos que publicamos atrapan el espíritu de ese tiempo gozoso que precedió a esa redifinición del horror que fue la Primera Guerra Mundial
Lo que mas me gustan son las caratulas!
ResponderEliminarLed Lampen